Como voy a Valencia de tanto en tanto, cada vez que llego sea en tren o en coche, se me ensancha el pecho y me doy cuenta de su dimensión. Algo así me pasó el otro día...
La vecina de casa, la signora Brunella, tiene más de 80 años, creo que ya os he hablado de ella. Ella misma se autodenomina la "nonna" y no sabe que hacerse con "il giovanotto". El otro día trajo a su hija y a su nieto a que lo conocieran.
Además de que a todos los italianos les encanta oirnos hablar, como me pasa a mí con los argentinos, la hija me preguntó de qué parte de España era, y yo le dije que de Valencia. Me dice:"ohhh Congratulazione!! È una città bellisima! Mi piace di più che Barcellona!
En general nadie te habla de Madrid, pero todos han ido a Barcelona o a Andalucía.
Ostras nunca me habían felicitado por ser valenciana, y menos ahora que damos tanta lastimica con la crisis. Bueno, pues lo mismo se me ensachó el pecho... y ellos que viven en el propio bosque, verde, verde, tranquilitos, tranquilitos, con tanta historia y tantas cosas buenas... envidiarían vivir en Valencia, muy bonita síii, peroooooooooooooooo a costa de qué?
No hay comentarios:
Publicar un comentario