Volviendo de los Dolomitas, hicimos una paradita en el Lago di Garda, el más grande de los lagos italianos. Es como estar en el mar, porque no ves la orilla opuesta.
En todo el lago en general, pero en esta población en particular se adivinaba que el turismo es lo que manda, lleno de hoteles e infraestructuras turísticas. En cambio, yendo en febrero pudimos disfrutar de tranquilidad total, algo de nieve en las calles y hasta de sol.
Tambien pasamos por Garda y Peschiera, antes de llegar a Sirmione. Como la visita fue fugaz, se merecen uan visita mas sosegada...pero esto lo dejamos para la próxima vez
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